Del Ártico al Trópico
Por una serie de circunstancias, la vida a veces ofrece estas ocasiones, en el mes de septiembre Manolo Taibo del Comité de Seguridad FEDME tuvo la experiencia de vivir en dos espacios muy alejados y diferentes entre sí, el ártico y el trópico. A finales de agosto iniciaba un viaje a la Laponia finlandesa, para atravesar en kayak el lago Inari, el segundo lago más grande del ártico. Un lago, situado a más de 300 kilómetros por encima del círculo polar. El lago Inari es un viejo conocido, Manolo lo había atravesado helado de norte a sur, entrando por el río Ivalo hasta el norte y de oeste a este ida y vuelta, en enero, febrero y marzo. Pero esta vez cambiaba los esquís y la pulka por el kayak, que ya tocaba vivir otro estado del agua del lago y vivir otra estación de Laponia. En septiembre, Laponia vive la estación denominada otoño temprano, cuando se manifiesta la ruska, una explosión que tiñe de rojos, marrones y amarillos las hojas de los árboles, anuncio de la llegada del frío y la oscuridad del invierno. A este espectáculo de la naturaleza, pudieron añadirle la visita de una de las primeras auroras de la temporada y la primera para la retina de sus compañeros, nuevos en el ártico… “Los hay con suerte”, añade Manolo.
Del ártico al trópico… Las olas que abordaban el kayak, la lluvia, la humedad, la temperatura, no supusieron impedimento para que el inReach de Garmin cumpliese su misión.
En septiembre, las temperaturas máximas diarias disminuyen hasta los 6°C y las mínimas a 1°C, bajando rara vez de -4°C. A esto se le añadió el factor lluvia, que algunos días fue muy pertinaz. Otro factor muy importante fue el oleaje, sobre todo en las zonas más abiertas de su ruta, lo que les obligó a dar lo mejor de sí mismos. En este espacio, se enmarca una travesía por la parte más ancha del lago, en una ruta de unos 100 kilómetros recorriendo canales en un entramado laberinto de islas, el lago Inari cuenta con más de 3000 kilómetros. Navegar con garantía en este laberinto y poder tener una comunicación altamente fiable en el peor de los casos, le hizo otra vez volver a depositar su confianza en las capacidades del inReach de Garmin.
A la travesía en kayak le siguieron la debida visita a Cabo Norte y varios recorridos por la tundra del Finnmark noruego, uno de ellos en la isla Seiland, un lugar mágico para explorar. Después de un día en casa, con resaca ártica y ajetreo de bultos, Manolo ponía rumbo a otra área muy diferente, el trópico. Cambiaba los 71º de Cabo Norte por los 8º de Costa Rica, cambiaba una media de 6ºC por la de 25ºC y hasta los 33ºC, temperatura sumada a una humedad de hasta el 85%. Algo que fue común en estas dos áreas alejadas fue la lluvia, bastante intensa en algunas jornadas.
Una iniciativa del Instituto Costarricense de Turismo en colaboración con la FEDME, respecto a la seguridad en el senderismo, le llevó al llamado Camino de Costa Rica, una travesía que saliendo por los canales de la costa del Caribe (Atlántico), alcanza la costa del Pacífico, después de unos 280 kilómetros en los que se pasa por el territorio de los indígenas Cabécar, se cruzan ríos por tendidos de cable, saltando de piedra en piedra o simplemente mojándose, se camina por intrincadas sendas en un sube y baja en las que se abre huella en el barro y el bosque nuboso llega a impedir ver el cielo.
La comunicación satelital es la única opción en terrenos inhóspitos.
Si en Laponia pudo disfrutar de renos, delfines, tundra y cascadas, la biodiversidad en el Camino de Costa Rica le abrumó con su infinidad de especies arbóreas, florales, fungí y por supuesto colibrís, tucanes, basiliscos, caimanes… Un ecosistema pletórico de vida.
El Camino de Costa Rica contiene terrenos de machete, duros y difíciles de caminar y orientarse. Terrenos en los que apenas hay puntos de cobertura telefónica y la posible ayuda se encuentra muy alejada, poco disponible y con grandes problemas de accesibilidad, por lo que la comunicación satelital ofrece la mejor opción. Garantizar la navegación, el seguimiento a distancia, la recepción de información meteorológica, la posibilidad de compartir mensajes y, sobre todo, la llamada de emergencia, todo esto con una gran autonomía, convierte a este dispositivo en una auténtica herramienta de seguridad.
El inReach de Garmin es un amigo fiel para compartir intensas aventuras pero con control.
Del ártico al trópico… Las olas que abordaban el kayak, la lluvia, la humedad, la temperatura, no fueron impedimento para que el inReach de Garmin cumpliese su misión.