inReach en avalanchas
Un día, antes de que su amigo saliera a esquiar en una travesía por la montaña, James Birch le dio su dispositivo inReach®1, por si acaso. Ese día, se produjeron tres avalanchas distintas en las pistas en las que estaban esquiando y en sus alrededores. El amigo de Birch y los miembros de su grupo quedaron atrapados en un alud de aproximadamente 600 a 800 metros de ancho y 200 a 300 metros de largo. Birch recibió la llamada de que se había activado un SOS en su dispositivo. Compartió con Garmin lo que había sucedido ese día.
Compré mi GPSMAP® 66i y me suscribí al servicio inReach hace años porque practico motocross en verano y motonieve en invierno. Llevo mi dispositivo conmigo cada vez que salgo, y he dicho que si alguna vez tuviera que usarlo una vez, habría valido cada centavo.
Un día, estaba desayunando con mi compañero de piso y gran amigo, y me contó que iba a salir a hacer esquí de fondo con amigos ese día. Yo iba a trabajar, así que le sugerí que llevara mi dispositivo inReach. Al principio, se negó porque su amigo tendría un inReach Mini, pero finalmente lo convencí y nos despedimos. Esperaba verlo de nuevo esa noche y escuchar historias sobre lo bien que se había pasado.
Pero poco después del mediodía, recibí una llamada telefónica. Inicialmente iba a rechazarla, pero decidí contestar. Era el equipo de Garmin Response℠ informando que se había activado el botón SOS en mi dispositivo. Obviamente, no era yo, sino mi amigo, quien, como resultó, había estado involucrado en una enorme avalancha.
Después de proporcionar tantos detalles como pude sobre los planes de mi amigo para ese día, inicié sesión en mi cuenta de Garmin Explore™desde el ordenador de trabajo. Pude ver los mensajes entre mi amigo, que estaba gravemente herido, el personal de Garmin Response y los equipos de búsqueda y rescate que respondieron. Todavía estoy asombrado por la magnitud de la operación detrás de escena. Se desplegaron helicópteros, perros de avalancha y un equipo de rescate, y mi amigo fue finalmente trasladado a un hospital.
En los días siguientes, y después de mucha coordinación entre todos los equipos involucrados, finalmente pude ver a mi amigo de nuevo. Pasó varias semanas en el hospital con graves lesiones en ambas piernas. Meses después, tras rehabilitación física todos los días, comenzó a caminar nuevamente. Seis meses más tarde, ya estaba montando en bicicleta de montaña, y casi un año después, ambos fuimos a su primer paseo en moto de nieve desde el accidente.
No tengo palabras para agradecer a cada una de las personas que han participado en todo este proceso. Sin el enorme esfuerzo que han hecho absolutamente todos, no volvería a desayunar con mi amigo mañana por la mañana. Por eso, les agradezco sinceramente.
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